La sordera es uno de los trastornos que más afecta a los individuos de todo el mundo. Cada año se incrementa la cifra de personas que padece sordera en el ámbito internacional, pero, si hay un sector desfavorecido, ese es el grupo formado por los jóvenes.
Parece ser que una de las causas más comunes por las que cada vez son más los jóvenes que sufren esta dificultad se encuentra en la tecnología. Y es que esta, a la vez que ha servido de gran ayuda para multitud de aspectos, también ha resultado perjudicial para otros. Por ejemplo, en lo que a los problemas auditivos se refiere, la tecnología ha tenido su buena y su mala repercusión. Ejemplifiquémoslo:
uno de los avances que nos ha traído la tecnología es la creación de auriculares cada vez más potentes. Con sus avances, la tecnología ha permitido insertar en el mercado aparatos más y más sofisticados con los que los jóvenes pueden tanto oír música como ver vídeos y películas. En esta era, podemos poner la música a todo volumen porque estos artilugios vienen cada vez mejor diseñados para ello. Así es que la parte positiva está en que ahora disponemos de recursos súper aventajados y útiles que nos permiten aumentar el volumen hasta ritmos antes jamás alcanzados.
El problema de crear aparatos tan adelantados es que no nos percatamos del daño que estamos haciendo a nuestros oídos. Porque sí, es cierto que esto de tener auriculares con los que disfrutar oyendo música es un auténtico lujo, pero no es menos verdad que, si no tratamos de controlar el volumen al que ponemos lo que quiera que sea que estemos escuchando, el día de mañana podemos sufrir las consecuencias. Y esa es la parte negativa del avance tecnológico.
Por otro lado, la pérdida de audición está causando serias consecuencias tanto a los jóvenes como al resto de pacientes, ya que, además del problema en sí que supone tener sordera, hay otros inconvenientes asociados como pueden ser:
-las dificultades para comunicarse con el resto, lo que afecta al ámbito social.
-Los problemas económicos, puesto que todo el mundo no puede hacer frente al gasto que conllevan los audífonos, necesarios para poder oír.
-Las emociones, que también pueden resultar afectadas puesto que el hecho de que antes pudiéramos oír y ahora no ya es causa más que suficiente como para entristecernos; además, nos volvemos más tensos y, en el caso de los jóvenes, a veces incluso se rebelan.
En definitiva, podemos decir que en lo que respecta a la tecnología, ni todo es bueno ni todo es malo. Todo está en el equilibrio entre escuchar música y hacerlo a un volumen adecuado.
Y si queréis saber más sobre audífonos o sordera, en la web www.fundacion-ayuda-a-la-audicion.org/subvencion%20audifonos.php podréis conseguir toda la información que queráis.
martes, 16 de diciembre de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios
Escribir un comentario ↓